Hasta que sepas volar
Si te pica el cuerpo y tienes la certeza de que no estás aquí, sino en todas partes, embárcate en la búsqueda de tu alma, encuentra tus piezas en las sonrisas de extraños, en las bebidas calientes que te ofrezcan, en las confesiones de sus inconvenientes, en los relatos de sus apreciados recuerdos, en sus manos pasadas por dolor, amor y redención.
No detengas tu comezón con las convenciones del reloj, las estructuras encadenas al escritorio y el bullicio asfixiante del llamado "progreso".
Que te pique, que te pique, que te pique, hasta que sepas volar.