Perdido

Y me encontré a mi misma entrelazada en tu cuerpo, en la inocencia pérdida de nuestras caricias, en las verdes palabras de amor, en el cerrojo eterno de nuestras aventuras tridimensionales, en las tardes vitales de arquitectura fantástica, y en nuestros innatos tormentos, compartidos en silencio.

Con el tiempo, te fui perdiendo entre caminos de pavimento polvoroso, en la escasez de nuestros encuentros, en la decepción de los que intentaban encontrarme, en las arrebatadas conversaciones telefónicas, de odio, de amor, de añoranza, de lento olvido.

Tras el cruce del océano, soy el centro de otro universo, soy completa en su vida, y moriría por la suya, soy otra en medio de la radiación amarilla que invade nuestras noches.

Pero vivo ocasionales tardes de incurable nostalgia. Construyo ambientes paralelos e invento cascadas de posibilidades, no porque te extrañe, sino porque todos te extrañan.

Desaparecido como otros atrás, perdido en las junglas misteriosas de la tierra que te vio nacer, raptado por sirenas del Orinoco o por los piratas de sus caudales, invisible en las horas de coleo y aguardiente, en los sollozos de tus mujeres, en el zapateo y son de sus joropos, de sus maracas, de su arpa terrenal.

Solo me quedan cenizas de tus recuerdos, de tu voz nocturna en mis sueños, del compás de mis anhelos.

Hoy, he decidido robarte de la historia y perderme contigo por unos eternos minutos. Para quererte un poquito, para recordar.

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