Cuando la ventana sea espejo
Y siento que debo llorar un poco, tal vez porque no me encuentro en esta dimensión, porque esta frustración es pura apendicitis, síntomas presentes y ausentes cuando se les da la gana.
Porque extraño su carne, el roce acuático de sus mejillas, el perderme en sus ahogantes substancias marítimas…Así que voy a dibujarme en las paredes, en los lienzos, en las fotografías que nunca se revelaron, en las botellas que nunca se destaparon, en los dedos que nunca se mojaron…
…Y es que temo al olvido, no de sus memorias pero de las mías, que trasplante las impurezas de esta maldita cotidianidad y suprima las fantasías hermosas que construimos y en las que a veces nos perdimos…
«Vamos un ratito, dejemos el telón caído, prometo lágrimas calladas mientras te cuelgas de mi alma...Acaricia mis sentidos, responde a mi hambre, déjame participar en la imprecisión salvaje de tus dientes, trázame con paciencia apurada, vuélveme música, poesía, filosofía y nicotina…
Solo déjame navegarte en la oscuridad de tus confines…»
Y cuando la ventana sea espejo, volveré a ser la misma, enterrada en mi ofuscada impotencia, con las nubes a punto de combustión interna y los tejidos cansados …
Tu voz se volverá eco, reventará la atmósfera, llegará hasta las galaxias, y algún día… volverá a hallarme., así de triste, así de perdida, así de azul.