Maquillaje

Embadurnada de maquillaje hasta las orejas, literalmente, para ocultar su heredada imperfección en el lóbulo sin perforar izquierdo, ella admite la ridícula situación a la que se somete cada día para complacer a su jefe, su marido y la sociedad. 

Anterior
Anterior

Sus manos sostenían el almuerzo

Siguiente
Siguiente

Escritores