Manifiesto 88
Puedo repasar todos los puntos bajos de nuestras vidas, resaltarlos y repudiarlos tanto como cuando sucedieron. Pero ya estoy cansada de hacerlo.
Hoy quiero ser filósofo de nuestras existencias. Quiero aclamar la belleza en lo diminuto e imperceptible. Quiero amar la sonrisa de los míos, el olor del sancocho de mamá. Saborear la fonética, la gramática, la escala musical, la producción orgánica e innata del subsuelo.
Quiero olvidar el liderazgo ingrato inservible y estorboso apoyado por la corroedora industria mediática.
Quiero reforzar el esfuerzo colectivo, aplaudir y fomentar el autodidactismo y el pragmatismo.
Quiero perderme en los callejones sucios del mundo y capturarlos como sea. Embotellar sus voces, tatuajes, mañas y deseos. Ser historiadora privada de la humanidad. Escribir.